¿Crees que los universitarios necesitan apps de citas como Tinder?
Las empresas en un inicio no lo pensaban así, como afirma el estudio realizado en Estados Unidos por Jennifer Hickes Lundquist y Celeste Vaughan Curington: Love Me Tinder, Love Me Sweet (2019). Creían que los estudiantes tenían todo a su favor para encontrar amigos, pareja, amigovios o pelos. Lo que cada quién quiera encontar.
Pero, con el tiempo, entendieron que es todo lo contrario. Aunque los universitarios en USA tienen espacios para ligar (Farras full destructivas), son espacios que se prestan mucho para dos opciones:
1. El si te ví, no me acuerdo (incómodo...)
ó
2. Iniciar una relación en los siguientes días
Relaciones en el campus
A pesar de que los encuentros casuales son los espacios más populares por los cuales los estudiantes comienzan su vida sexual, tienen problemáticas como la misoginia, las conductas sexuales de riesgo y los círculos sociales excluyentes. Dicho esto, solo una minoría de los estudiantes dice disfrutar sin preocupaciones de este tipo de espacios y, por otro lado, la mayoría se siente en conflicto pues llegan a sentirse incómodos por el trato frívolo y transaccional que hay hacia los demás.
Una estudiante describió las fiestas de fraternidades en su campus de esta forma:
“La cultura de los encuentros casuales es muy importante y apesta. A nadie le importa y no hay compromiso. Simplemente estás renunciando a tu valor por nada, porque sientes que tienes que hacerlo”.
Dicho esto, muchos estudiantes deciden no participar en este tipo de encuentros debido a que son tímidos, no les gusta ir a este tipo de espacios o porque se sienten excluidos. Cabe resaltar que hay una importante representación de grupos sociales en las personas que deciden no participar en este tipo de actividades ya sea por clase social, raza o identidad sexual.
En las entrevistas realizadas por el estudio se dieron cuenta de que las aplicaciones de citas brindan a los grupos minoritarios una vía social alternativa para relacionarse y también que la mayoría de las mujeres ven a estas plataformas como más liberadoras y atractivas que la cultura de encuentros casuales en las universidades.
¿Pero cómo empiezan a utilizar este tipo de aplicaciones?
A diferencia de las personas mayores, que afirman que personas de sus círculos sociales lo ven como un lugar para desesperados, los estudiantes ven con pocos prejuicios las apps de citas en línea y piensan en estas plataformas como una forma fácil de probar las aguas del mundo de las citas.
En las apps de citas online se puede identificar una seriedad inusual por dedicar tiempo a montar el perfil y, al hacerlo, indicar interés en establecer una conexión romántica o sexual.
Después del esperado match, hay que pasar por un proceso de múltiples pasos para el primer encuentro cara a cara, es por esto que es mucho más difícil que las personas puedan afirmar que el interés mostrado fue un error, como suele ser el caso de los encuentros de las fiestas. Lo que marca un claro contraste con los encuentros casuales de la fiestas universitarias.
Otro punto destacado según el estudio es que las apps de citas establecen un motivo claro desde el principio y por esto pueden generar un espacio propicio para entablar conversaciones sobre los límites sexuales o emocionales mucho antes de que tengan lugar las interacciones en persona, al contrario del silencio generalizado en los encuentros casuales. Por otro lado, también permiten identificar en las etapas previas a la primera cita red flags o elementos de incompatibilidad.
*Esta es la razón por la que solo alrededor de una cuarta parte de los match terminan en un encuentro cara a cara.
Precauciones tomadas
Las mujeres explican que a pesar de encontrarse con personas de la misma universidad toman precauciones como compartir los perfiles con sus amigos, contarles a donde van para que estén pendiente o tomar fotos furtivas de la matrícula, para sentirse seguras de esta forma.
Por otro lado, los hombres blancos heterosexuales rara vez expresaron preocupaciones sobre su seguridad, es más, lo que les preocuba era no enviar señales de alguna forma amenazantes. Contrario con los hombres de color que expresaron con mayor frecuencia sus preocupaciones por los riesgos y peligros alrededor de este tema.
Además, aunque las personas LGBTIQ+ expresaron preocupaciones por su seguridad; la mayoría destacó que las plataformas de citas en línea habían aumentado significativamente su sensación de seguridad personal, al proporcionar un espacio en el cual buscar pareja, sin tener que pasar por riesgos que se pueden dar en un espacio social heteronormativo con personas que pueden ser intolerantes e inmaduras ante cierto tipo de temas. Algunas personas también mencionaron que la opción de dar a conocer sus gustos o identidad sexual en sus perfiles reduce significativamente la ansiedad generada en la primera cita.
Conclusión
A pesar de que las apps de citas son un espacio que propicia el anonimato y la desinhibición de las personas a la que mujeres y minorías étnicas se ven especialmente expuestas a interacciones racializadas o sexistas, el estudio afirma, que los estudiantes entrevistados ven en este tipo de espacios como una oportunidad de tener mayor control sobre la elección de su pareja, dándoles el chance de establecer las reglas y lugar del primer encuentro, lo que es una ventaja única para establecer límites al momento de conocerse.
NOTA 1: Recuerda que el consentimiento es un proceso continuo y debe reafirmarse.
NOTA 2: Tanto en el amor como la amistad hay que dar lo mejor para mantener la conexión a pesar de los cambios que traiga el tiempo.
Fuente
Lundquist, JH y Curington, CV (2019). Ámame Tinder, ámame dulce. Contextos , 18 (4), 22-27. https://doi.org/10.1177/1536504219883848
Encontrar el amor en una de estas aplicaciones de citas es como participar en un seminario de Finanzas y darte cuenta que estabas realmente en clase de Psicología.