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  • Duvan Peralta

El placer del miedo: ¿Por qué nos atrae lo aterrador?

A partir del artículo de revisión del Regent’sUniversity London llamado:“(Why) Do YouLikeScaryMovies? A Review of the Empirical Research on Psychological Responses to Horror Films hemos podido encontrar algunas pistas del porqué te encanta ver películas de terror.


Más de una persona se habrá preguntado, ¿por qué vería algo que me asusta?, ¿por qué pagaría por eso? y ¿por qué lo sigo haciendo? Pues a partir de este artículo podrás encontrar qué es lo que te motiva a hacerlo.




Los objetivos principales de una producción de este tipo son asustar, sorprender, horrorizar y disgustar utilizando una variedad de herramientas narrativas, que nos lleva a lo sobrenatural, la mutilación, la sangre, la violencia gráfica, la muerte, la oscuridad, y lo desconocido.


A pesar de que este tipo de contenidos puede causar ansiedad, miedo, trastornos de sueño e incomodidad con aquello que nos generó esos sentimientos (payasos, oscuridad, tiburones, etc.), e duna u otra forma nos atrapa el sentimiento de suspenso que se crea a partir de los diferentes sonidos y situaciones de los personajes con los cuales creamos una conexión empática.


¿Qué es lo que nos captura?

La emoción del ¿qué pasará? al sentir que hay riesgo y peligro. Esa tensión es a lo que se le llama suspenso y en el caso de las películas es lo que nos mantiene pegados al televisor, esperando que los personajes que nos gustan puedan salir victoriosos frente a esa amenaza. Es toda una experiencia capaz de activar emociones desagradables o placenteras en un momento...(toda una montaña rusa eh).


El sonido y la música es uno de los más importantes elementos en este tipo de géneros para lograr la inmersión y atención en la historia generando así el impacto deseado en el público.


*Dato curioso: El efecto auditivo y visual más usado en el cine de terror es el de sobresalto que tiende a ser causado por el “susto repentino” que es generado por el sonido de un golpe, una explosión repentina de ruido, diálogo o música.


Dicho esto, vamos a explicar algunas de las motivaciones para ver contenidos de terror encontradas en la literatura revisada:


Empatía


Es un término que puede tener muchas aristas dependiendo de cómo se vea, sin embargo, los autores mencionan que se puede categorizar en dos tipos, los imaginativos (cuando te pones a crear una historia acerca de qué harías en x situación) y los emocionales (si te “cargas” fácilmente por las emociones de una persona o te preocupas considerablemente por el bienestar de los demás). Dicho esto, hay argumentos que sustentan la afirmación de que las personas con alta empatía tienden a disfrutar menos de escenas de sufrimiento en este tipo de pelis, pero, a cambio se emocionan más por el peligro y un “posible” final feliz. 😪


¡Búúúúsqueda de emociones!

Es la búsqueda de sensaciones y experiencias variadas, complejas e intensas con la voluntad de asumir riesgos físicos, sociales, legales y financieros. Como mencionan en el artículo, el punto más álgido de esta etapa es la adolescencia, aunque con el tiempo disminuye generalmente, no desaparece del todo. Este aspecto es dividido en 4 partes:

  1. Búsqueda de emociones y aventuras

  2. Búsqueda de experiencia

  3. Desinhibición

  4. Susceptibilidad al aburrimiento.

Dentro de estas cuatro partes, se identificó a la desinhibición como la principal motivación para ver películas de terror en mujeres y la búsqueda de emociones y aventuras para los hombres



Expectativas y deseos

Cabe mencionar que hay otras motivaciones que se han encontrado en los estudios revisados como la motivación de las personas por ver destrucción, sangre y muerte, además de las personas que ven estas pelis con la expectativa de que todo se resuelva al final satisfactoriamente.



*Pero recuerda: no todos somos buenos con las pelis de terror, así que por favor no insistan, a menos que claro haya buen arrunchis y comida.


Fuente

Martin, G. N. (2019). (Why) do you like scary movies? A review of the empirical research on psychological responses to horror films. Frontiers in psychology, 10, 2298.

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