Desde Paradigma podemos afirmar con pruebas y sin dudas que el meme es una expresión emergente de la cultura política y es una pieza de críticas a coyunturas y hechos que conforman nuestro día a día.
Lo afirmamos gracias al artículo del profesor Jaime Wilches “El meme como ágora digital del lenguaje político contemporáneo. El caso del movimiento 21N y 11S en Colombia”. En él, nos comparte los resultados de una investigación en donde se analizaron más de 200 memes de las protestas colombianas del 21N y el 11S, las cuales fueron una serie de movilizaciones sociales en donde se demostró el descontento de la gran mayoría de la población hacía el gobierno de turno y las instituciones. El investigador explica cómo esos memes ayudaron a movilizar la comprensión de las protestas sociales y cómo son una tendencia global que ayuda a reforzar las críticas al poder político-económico desde el activismo digital.
Como explica el profesor Jaime Wilches, en la tercera década del siglo XXI el activismo digital y los memes se han legitimado como una de las estrategias de comunicación para darle fuerza a la protesta social, logrando ganar la empatía y solidaridad en las personas que no tienen tiempo para participar en prácticas activistas.
Valga la pena aclarar que según el MinTIC el activismo digital es cuando las personas ejercen la ciudadanía y del compromiso social mediante la participación activa en redes sociales en donde crean y comparten dinámicas de información, sensibilización, educación y movilización social.
Es importante resaltar que los memes no son garantías de una transformación de la realidad, pero sí pueden revitalizar movilizaciones sociales tradicionales que buscan empatía, esto lo logran gracias a que el meme tiene las capacidades de:
Estandarizar imágenes
Producir frases de la vida cotidiana
Ironizar las incoherencias del poder
Masificarse
Representar el contenido ágil y diversamente
Ser anárquico frente a los derechos de autor
El meme llama a las personas a participar activamente en su creación, en darle un sentido, no necesita de autoridades intelectuales, tiene un poder de reproducción y modificación a su antojo de tanto la imagen, el sentido o el efecto humorístico. Por esto tienen la facilidad de ir quedando en la memoria de las personas y pueden ser reactivados en el momento en el que los modelos políticos y económicos colapsan.
Por eso el profesor Wilches concluye en el artículo diciendo que:
Las movilizaciones sociales en Colombia y la coyuntura de la pandemia consolidaron la necesidad de plataformas digitales como un medio para canalizar las expresiones e inconformidades. En este periodo crecieron iniciativas de comunicación, grupos de discusión y usuarios que distribuían contenido que acudía al humor, la ironía y el sarcasmo del meme como entidad anónima que no genera disputas sobre autorías o vocerías.
En Paradigma los invitamos a leer el articulo completo acá: El meme como ágora digital del lenguaje político contemporáneo. El caso del movimiento 21N y 11S en Colombia | Bitácora Urbano Territorial (unal.edu.co)
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